El debut de la PROCUP en el dibujo estadounidense está a la vuelta de la esquina y en esta nota analizamos cuáles son los puntos a tener en cuenta del trazado.

Sebring será el epicentro de la apertura de la PROCUP, categoría que promete ser una de las más competitivas de Latinoamérica. Ubicado en el estado de la Florida, el trazado cuyas partes pertenecieron a un aeropuerto utilizado durante la Segunda Guerra Mundial (caso parecido al de Silverstone), se destaca por su piso irregular y saltos en lugares claves de frenada y aceleración.

Es una de las pistas más antiguas del territorio norteamericano y su escenario principal cuenta con 6.021 metros dibujado en 16 curvas (5 a la izquierda y 11 de la derecha). La superficie abrasiva del asfalto es un aspecto fundamental para el desgaste de los neumáticos que de por sí, en los Porsche, es elevado. La gestión de esta materia en la carrera principal (que es la más larga) será un pilar de las aspiraciones de cualquier piloto.

Los reflejos en Sebring deben ser especialmente altos, ya que el circuito tiene, en su mayoría, banquinas muy estrechas, con las contenciones capaces de devolver a un auto a la pista luego de un accidente. Además, las curvas y contracurvas hacen aún más peligrosa esta arista.

Cuenta con tres lugares claves de sobrepaso, (no) casualmente los que sobrevienen después de las tres rectas que tiene. La primera curva a la izquierda es, si se quiere, la más difícil. En el interno no hay pasto ni piano, sino un muro irregular esperando intercambiar pintura. A pesar de ser de trayectoria amplia, en esta zona (y principalmente en la largada) se han visto las principales incidencias de las carreras.

Tracción, reflejos y gestión de neumáticos son, entonces, las tres claves de la primera carrera de la PROCUP, que tendrá a 36 autos en la grilla de partida.